La prueba de esfuerzo normalmente se realiza gracias a una bicicleta estática o una cinta de correr, pero en casos concretos (por ejemplo, personas en silla de ruedas) también se opta por el remo.

Se busca reproducir el esfuerzo físico que se da en la práctica deportiva, primero a baja intensidad, para coger ritmo, y después se incrementa la exigencia paulatinamente, por ejemplo, aumentando la velocidad de la cinta y/o la inclinación o la resistencia en el caso de la bicicleta.

Se colocan electrodos que trasladan la información del corazón y permiten realizar el seguimiento, pero también se le toma la tensión y se tienen en cuenta las sensaciones del individuo.


Valoración, tipologías y datos obtenidos

El ritmo cardiaco y la tensión arterial aumentan durante esta prueba, pero en función de la forma física del individuo este aumento será progresivo o se manifestará mucho antes en sujetos poco acostumbrados al ejercicio. La Ergometría permite prescribir el entrenamiento adecuado para cada individuo y, en función de este, existen pruebas más o menos intensas:

  • Submáximales: No se pasa del 80-85% de la frecuencia cardíaca máxima recomendada
  • Maximales: 100% de la FCMR
Se obtienen datos como la frecuencia cardiaca máxima, es decir cuando el deportista no puede más y alcanza la fatiga, el trazado del electrocardiograma y los aumentos de la tensión arterial.




*Fuente: Ergodinámica